8 de septiembre de 2011
Resonaban mis muelas mientras me ataba el pelo. Miedo. Caía el agua por mi boca,
y se deslizaba recordándome que estaba un paso de volverme loca.
Y una melodía fugaz se transformaba en gota salida como una lágrima.
Llorando por el dolor de otras personas estás. Loca. Sintiendo lo que otros temen. Miedo.
Temiendo lo que otros sienten.
Acariciaba mi pelo mi cara. Odiando esta tez blanca. Resentido. Mientras rugía el tapón de la botella, para volverme a recordar que algo empezaba a oscurecer.
Como puede desquiciarse una mente humana.¿Cómo puede apagarse una vida?
No paraba de llover en mi cara, porque algo ya no estaba en su quicio. Encendida, perturbada.
¿Se puede llorar del dolor ajeno?
No se puede apagar una luz, así, tan injustamente... No se puede apagar, la luz que ha iluminado a otros ojos. Pueden los míos, sí, llorar por los tuyos, mientras tú no te apagues.
Suena: El lago de los cisnes.
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Genial, se complementa demasiado con la canción elegida. Es tan oscura...
ResponderEliminarMuchas gracias!
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