26 de septiembre de 2010

Too late?

Quiso poner puntos a todas las “i” de su vida. Quiso nadar en mares de confusión. Y pese a que quiso encontrarse a ella misma, se equivocó de tranvía y se quedó tirada en la perdición. Y al vencer la decepción, quiso dar otro paso, otro paso sin saber por dónde andar. Quiso cambiar el mundo en tan solo un día. Quiso volver a empezar.
Y dejó atrás todo el rencor. Pintó de color las lágrimas derramadas y pudo darse otra oportunidad. También quiso empezar de cero, mar infinito, tenue horizonte, tierras por descubrir. Dejó lo ganado por partir con lo perdido, y como no podía caer más bajo, sabía que iba a subir.
Puso las cartas sobre la mesa, creó fronteras sobre el mar. “Sé que lo que quiero es lo que me ha faltado y ahora tengo un motivo para luchar”.
Y no volvió a caer en esos hoyos, tan comunes como abundantes. Sabía lo que le dañaba (lo había comprobado antes) y no pensaba en fallar.
Y en su barco no había espacio para la mentira, el miedo y la desilusión; los había abandonado hace tiempo, pues le partieron el corazón. Más ligero aún era el equipaje (que lleno de fe, fuerza i motivación) preparaba el largo viaje (nadie sabía dónde) porque no importaba el destino, solo contaba la intención.

22 de septiembre de 2010

Pensamientos de la nada, en el bar de la esquina


Reincidente de la tentación y condenada al olvido, sentada en un bar oyó (gotas de agua que golpean el arcén) la voz de la Esperanza, (que enamorada de la desilusión) había perdido sentido.
No quiso hacerle caso. ¿Para qué prestar atención a quién (como el que vende su alma al diablo) cambió la esencia de su “yo” por la de su enemigo?
Y entre el murmuro de ese bar, carcajadas se desgarraban. Sentada en el centro yo, contemplé por la ventana como salía el Sol. Y fue el amante de la Luna el que, llenándose de valor, contradijo a la Esperanza.
Ella, como una traidora humillada, (largas piernas de tentación y una camisa de rayas), se abría paso entre el chaparrón, separando así las aguas. Y difuminada entre nubes y aire, su silueta se esfumó (y no la volvió a ver nadie).