29 de agosto de 2012

Pensamientos de la nada en el bar de la esquina (II)

Ver primera entrada del blog: primeros pensamientos en el mismo bar de siempre.


¿Quieres saber qué se siente cuando estás a un solo paso del gran cambio de tu vida? Pensamientos de la nada, en el bar de la esquina. Murmullos en diferentes coordenadas, reiterándose así la misma situación dos años después. La vida más desgastada, de la misma forma que el oxígeno oxida un hierro.
Seguía haciendo esquina.
Dicen todavía las malas lenguas, aquellas que salivan veneno como las serpientes, que Esperanza no se vio más desde aquel veintidós de septiembre. ¡Pero es mentira! Yo la he visto irse a menudo, incluso cuando la situación la invitaba a quedarse. Han sido veintitrés meses de duro contacto con la realidad, de pura sensibilidad de lo auténtico; desde lo más suave hacia lo más áspero, del terciopelo a las espinas, a lo abrupto.
Seguía faltando un cambio de rumbo.
Cuando las sonrisas de ese bar se fueron, ya eran de esa tarde las ocho. Las veinte horas de un veintinueve de agosto: medidas con el mismo reloj, miradas con los mismos ojos. 
Quieta, el proyecto de mujer que siempre quedaría en proyecto, seguía petrificada en esa maldita mesa, viendo los segundos correr y contemplando como los iba perdiendo.
Seguía pensando en nada, cobarde; seguía en la misma esquina; impotente.
Aferrada a aquellos viejos meses como un imán a una nevera y no dispuesta a olvidar el olvido. Nunca quiso aceptar que veintitrés meses después no eran veintitrés meses antes. 
Y por la misma cortina líquida por donde la Esperanza (dijeron) se fue; apareció la Libertad con todo el pánico que conlleva; para recordarle que las mujeres no juegan a vivir; que jugar a pensar en nada cada veintitrés meses, es cosa de niñas…

Entre andenes

Pero mira bien las calles, están todas llenas de gente andando con rumbo o sin. ¿Lo ves o no? Porque no es lo mismo ver que mirar. Yo veo pequeños mundos andando de arriba hacia abajo, cogiéndo el metro, tomando café. Interconectándose sin parar. Pequeños soñadores, almas perdidas, vagabundos, ricos de corazón, probres de espíritu; prostitutas, inocentes, culpables, frustrados, ilusos, perezosos, hipócritas, utópicos... Veo palabras, miradas, rencores que se clavan como espadas entre toda esa heterogeneidad de almas. Bajan, suben a los vagones; bajan, suben las escaleras; aprecian el Sol pero no se dan cuenta de lo maravilloso que es. 
Son los pequeños tornillos de una gran máquina, se coordinan, probablemente cumplan su papel; pero no tienen ni idea de cuál es la finalidad. Van moviendo como ignorantes el motor de no saben qué máquina, para completar no saben cuál función. Son tan limitados, que únicamente ven lo que tienen delante de sus propias narices, y creen con certeza absoluta que el límite de la realidad lo establecen los sentidos; y a veces, incluso ni eso.
¿Y sabes qué es lo peor de todo? Que tu y yo formamos parte de esa multitud...

11 de agosto de 2012

Forse un giorno potremo incontrarci di nuovo lungo la strada.

6 de agosto de 2012

“Si amas al dinero a lo sumo llegarás a un banco, pero si amas a la vida seguramente llegarás a Dios.” 

F.Cabral

3 de agosto de 2012

When the working day it's done; girls just wanna have fun.