Tampoco importa, ni el color, ni los minutos, ni las palabras,
ni quién eres, ni quién fuiste, ni quién quieres ser,
ni el futuro, ni el presente, ni el pasado importan.
No, no te importan.
Pero piensas, ellos siguen tan constantes. Pensamientos
y piensas pero nadas en la nada y nunca obtienes conclusiones.
Perdido, tal vez sea perdido la palabra.
No hay ni brújula, ni hay mapa que te salve, y piensas
que no importa dónde estés, ni el color de las paredes importa
porque no hay nada, solo tú, aunque no sepas quién eres...
Es un ciclo compuesto de desesperación y arañazos en mi piel
y piensas, como más rojos sean, más cerca está el final
pero no importa cuán lejos el final esté,
porque muerto o vivo, o al revés,
ni el futuro, ni el presente, ni el pasado importan.
No, no te importan.
(:
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