No voy a colorear las situaciones, si están vacías lo están y yo no modifico ni el tiempo ni el espacio. No voy a sonreír más gilipolleces, ni a decirle hola a un adiós. Que no me toque más la corriente, no nadaré ni en contra ni a favor; ya no pertenezco un río y estando fuera de él, ¿porqué debería lanzarme?
Tal vez pararme a ver la velocidad del entorno, quieta, y tocarlo para saber si es real. Porque la realidad que vemos no es la realidad que hay; existe algo más, más allá de lo que nos trazan, más allá de lo que delimitan, dibujan, te imponen... La realidad reducida te reduce a ti a nada.
Intermitente, poco constante, lo ambiguo te posee mientras nadas en ríos de mentiras. La única realidad que hay la tengo dentro y la seguiré ausente a lo de fuera, que tan inverosímil es, que me hizo dudarlo todo y anular mis respuestas. Las que ya tenía, las respuestas que me dio aquella persona a la que no le importaba como le quedaba un vestido o si iría al cine esta misma tarde, a la que le daba igual el tacto porque no lo tiene, a la que le daba igual la vista, la oída, el gusto... a la que no le importaba el placer ni la euforia, porque anhela la tranquilidad y la armonía; la que no vestía extremos porque estaba en la coordenada exacta. La que no es de aquí, la que no quiere nadar.
Uf nena me encanta como escribes.. y la foto también bua!
ResponderEliminarPor cierto, no te reconocía en carnaval, hasta que no te miré de cerca no supe que eras tú jajajaj que mal!
un besito guapi!
mersi guapa :)
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