Cuando me siento libre, me siento libre como un pájaro, incluso más, no hay nada que me pare. Siento que eso que hay en mí es ilimitado e invencible. Siento que se expande más allá de todo lo que me rodea, que se expande por toda la realidad, sin ningún tipo de fronteras y con una fuerza gloriosa, que llena de plenitud mi pecho y me hace sentir viva: ser yo y serlo todo. Y me vuelve omnipresente dentro de mis posibilidades de presencia. Una libertad que potencia mi sentimiento y lo afina de una forma completamente coordinada con mi pensamiento y me permite sentir y pensarlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario