Podría morir por una mentira. No doy la razón a quien no la tiene, podría morir negándolo, negándome.
Para morir por tus ideales primero debes tenerlos. No estoy dispuesta a morir por los ideales que debería tener, no moriría por cualquier tipo de ideal.
Tampoco sería la única persona que moriría por ellos, pero hoy en día lo consideraríamos leyenda; porque hoy en día un ideal es un conjunto de palabras bien combinadas, un conjunto de ideas populares (no personales) como debería serlo.
Porque para morir por un ideal ha de ser tuyo. Y aquellos ideales por los que la gente vive y muere, por los que la gente mata, aquellos ideales que cambian el mundo obedecen a una ley natural, una ley que solo personas dispuestas a morir por sus propios ideales pueden escuchar, una ley; LA VERDAD.
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