Ahora los meses han pasado desapercibidos por la luz del día y la sombra de la noche.
Pasa el tiempo con todo colocado derecho y yo puesta del revés.
Y me siento en una cámara oscura; no solo por el color de mi destino, si no por la perspectiva de mi realidad.
Y cuando el pequeño rayo de luz penetra esa lente divergente puedo (ilusa) creer que estoy en otro plano, creer que puedo ver de verde (color esperanza) la comparación de mi pasado.
¡Pero nó! (tilde en la "o" porque es más rotundo todavía).
Ni el color verde llegó, ni el estar en armonía, ni la huida, ni el amor.
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