30 de agosto de 2011

La realidad supera la utopía


Con ese look de pelo al viento,
ya cansada de argumentos
se fue.

Hizo del aire una maleta,
la libertad le abrió una puerta,
no quería una explicación.

Olvidó las opiniones,
no buscaba más razones,
no existía la marcha atrás.

Si las ideas se vuelven claras,
que se aparten las palabras,
que olvidé la ambigüedad.

Se fue,
dicen las malas lenguas,
se fue (el "diablo" abrió su puerta),
hoy nombrada libertad.


La parafernalia es gratis y hoy vive en exceso, que un poco de naturalidad es un lujo que no estoy dispuesta a pagar. Me quedo sola en cualquier asiento, con fantasmas alrededor, y sin pedir explicaciones me conformo con lo que hay (o lo ignoro). Hoy la naturalidad que quiero es la mía, y la tranquilidad que anhelo, mi silencio. Entiendo por placer mi libertad. La libertad de ganar o de perder; de equivocarme o de alcanzar un acierto.  Y hoy, además, susurro que plenitud es más que una palabra, puestos a dejarnos ir, una filosofía de vida. La única que quiero.

2 comentarios:

  1. m'agrada molt el poeema, moooolt està molt ben fet i el significat ilo que expressa encara millor :) t'estimo!

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