17 de agosto de 2011

Pugna


Mis miradas serán la sentencia, mis palabras el castigo y mi orgullo tu condena. Las hijas de estas letras te atacaran como espadas, directas y sin vacilar, son mi mayor arma y hoy no tendré piedad. ¿Tú me atacas en la espalda? Yo te pincharé en los ojos. Condujiste tu destino aparcando en este final. Lo has querido así y ahora te toca aguantarlo. Libre y consecuente, así nace el hombre. Cambiaste mi oxígeno por dolor y ahora solo respiro venganza mientras tu aire es  el temor. A golpe de frases y fonemas te declararé la guerra, no te doy tregua; te dolerá el alma a base de verdades. ¿Te jode? Oír tu realidad será peor todavía.

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