14 de agosto de 2011

Somos (II)

Hablaba de las apariencias. Ese sustantivo que pretende llegar a ser y se queda en un triste parecer. Hoy pensaba lo mucho que facilitamos la tarea a "los de arriba". Los cuatro ultra millonarios que te quieren dócil, para que no te interpongas en su camino, quieren que aparentes, no que seas. Quieren que el motor de la sociedad sea la mentira y no la verdad. Es sencillo de entender y a todos nos ha pasado, cuando tenemos la razón (en cualquier absurda situación) tenemos indudablemente la fuerza; nadie nos quitará nuestra verdad, o simplemente la verdad entera. Cuando somos, tenemos la verdad, nos encontramos en un puro estado de fuerza, de poder; nos encontramos en un estado en el que podríamos ser tranquilamente un enorme obstáculo, un imposible muro para ellos. En cambio en una mentira siempre estás inseguro, has de vigilar toda tu periferia, todos tus actos, para que nada te delate. Criar a gente insegura es una gran inversión, económica y fácil. Ellos crean el prototipo estándar de "ser" y otro prototipo de no ser, o mejor aún, un prototipo que a nadie le gustaría ser.
Nos vuelven débiles, rompen nuestra mejor arma (nuestro yo) y ganan la batalla.
Dejemos de aparentar y empecemos a querernos un poco...

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